¿Alguna vez se te ha caído un móvil en el lavabo? ¿En la bañera? ¿Lavando los platos? ¿En el retrete quizá? Tranquilo, aún hay esperanza para tu Smartphone.
Aunque desmontar el teléfono completamente ayudaría a que se seque de manera efectiva, hacerlo anulará la garantía. Por lo general, se requiere de herramientas específicas y es bastante fácil hacerlo mal, por lo tanto ¡no lo recomendamos! En su lugar, haremos lo siguiente:
1.- Aunque suene a perogrullada, saca el teléfono del agua inmediatamente. Cuanto más tiempo esté en el agua mayor riesgo de daños permanentes.
2.- No presiones ningún botón, ni compruebes si el teléfono sigue funcionando. Ejercer presión sobre la pantalla o las teclas podría introducir más agua dentro del dispositivo.
3.- En todos los casos, lo mejor es sacar inmediatamente la batería, reduciendo así al mínimo la energía en el dispositivo y el riesgo de provocar un cortocircuito.
4.- Si el teléfono tiene una batería fija, como por ejemplo los iPhone que tienen la batería sujeta con tornillos, habrá que correr el riesgo y comprobar si el teléfono está encendido. Si está encendido, apagarlo inmediatamente.
5.- Desenchufa cualquier periférico o accesorio del móvil.
6.- Quita las tarjetas SIM y SD que haya en el teléfono. Deja las tapas abiertas para facilitar la ventilación.
7.- Seca con un paño el exterior del móvil. Lo haremos con cuidado para que no entre más agua por las ranuras o puertos del teléfono.
8.- Incluso después de secarlo, lo normal es que haya humedad en el interior del dispositivo de la cual nos tendremos que deshacer antes de tratar de encenderlo. La solución más popular (y efectiva) es enterrar el móvil en arroz dentro de un táper. El arroz tiene propiedades higroscópicas que atraen y absorben la humedad.
Cubre completamente el móvil con el arroz crudo y cierra el taper durante 24-48 horas para que se absorba toda la humedad.
9.- Cuando estés seguro de que está seca, vuelve a colocar la batería y trata de ponerlo en marcha ¡Buena suerte!
Utilizar un secador de pelo puede ser una forma rápida de secar el teléfono mojado, pero el riesgo de aplicar demasiado calor y dañar componentes es demasiado alto. En casos graves, el vapor creado por el secador puede que no se ventile correctamente y acabe por condensarse en otro lugar del teléfono, con lo cual solo cambiamos el agua de sitio pero sin sacarlo del móvil. Recomendamos evitar ese método.
Otra recomendación popular (pero esta no es efectiva) es meter el móvil en el congelador envuelto en una toalla de papel para evitar daños por la escarcha. Supuestamente, la menor conductividad del agua cuando está a menor temperatura impedirá que el teléfono se cortocircuite. Sin embargo, esta no es una solución a largo plazo ya que en cuanto el hielo se derrita uno se queda con el mismo problema. Además, en el proceso la pantalla táctil es muy probable que se estropee. No merece la pena correr ese riesgo.
Meter el teléfono móvil en el microondas. ¿En serio? Por favor, no.
Si después de seguir los pasos que SI hay que hacer tu preciado Smartphone funciona, felicidades, pero es posible que el agua haya podido crear óxido en alguna pieza metálica del teléfono. Si es así esta pieza se corroerá con el tiempo.
Si bien un técnico profesional puede ser capaz de limpiar esta corrosión del circuito con alcohol (si no lo sois, ni lo intentéis), en la mayoría de los casos el teléfono acabará “muriéndose” con el tiempo.
Los fabricantes de dispositivos móviles incluyen en sus terminales un indicador de contacto de líquidos (LCI). Es una pequeña etiqueta blanca que se vuelve roja cuando entra en contacto con el agua. Es la prueba de fuego al momento de decidir los reclamos de garantía, por lo que si el LCI está rojo pueden negarse a reparar o reemplazar el teléfono.